Es vital que usted limpie su ventilador de techo y lámpara de pared con cuidado. La mayoría de las personas no se toman el tiempo para limpiar correctamente estos aparatos. Si no se limpia de manera correcta, entonces poco a poco pueden dañarse sus muchas veces caros equipos de iluminación. Es importante utilizar el tipo correcto de productos de limpieza y herramientas. Esto toma tiempo así que no se apresure mucho en su camino a través de esta tarea.
Es importante contar con una escalera o una base sólida para estar de pie. Esto ayudará a evitar el daño de caer al piso. Trate de tener a alguien cerca para ayudarlo a mantenerse seguro y estable. Siguiendo las instrucciones de limpieza que se le entrega al momento de la compra de estos aparatos de iluminación será la mejor manera de preservarlos.
Las partes metálicas de los accesorios de la iluminación se deben limpiar con un paño suave. Humedecer con agua tibia y una solución de jabón suave. Lea cuidadosamente todas las partes metálicas muy lentamente. Esto ayudará a evitar accidentes no deseados en el vidrio de su lámpara de pared. Tome tiempo para secar todas las partes metálicas. Utilice un paño suave y seco para secar y pulir su lámpara de pared.
Si usted aplica a su ventilador de techo los componentes relacionados a las piezas de madera en cuanto a su preservación, ello le ayudara a evitar la contaminación del barniz de la madera en la parte metálica del aparato. Limpie cualquier residuo que quede, ya que esto ayudará a evitar cualquier daño a las superficies de vidrio y/o metálica. Las superficies de cristal se pueden limpiar con cuidado en un fregadero. Coloque una toalla gruesa en la parte inferior del fregadero y llénelo con agua tibia. A continuación añada un poco de las suaves soluciones de limpieza y limpie con cuidado. Cuando estas se seque totalmente, rápidamente vuelva a colocar todos los accesorios de vidrio.
Su ventilador de techo y lámpara de pared se verán como nuevo después de usar estos métodos de limpieza. La limpieza debe hacerse semanal o mensualmente, dependiendo de la cantidad de polvo que normalmente se acumula en su entorno.